- ¡¿De verdad vas a llevarte toda mi ropa?!
- Por supuesto, ya te advertí que si volvías a llegar con la ropa tan sucia perderías el privilegio de llevarla. Estoy muy cansada de lavar tu ropa sucia de barro cada día. ¿Y para qué? Hace calor, no la necesitas. Puedes ir desnudito a hacer eso que haces con la bicicleta, y cuando vuelvas a casa irás directo a la ducha. Me ahorraré mucho tiempo.
- ¡¡Pero mamá...!!
- ¡Pero nada! Venga, vete con tus amigos, que te están esperando.
- ¡Se están riendo de mí! ¡Esto es humillante!
- Haberlo pensado antes.
- Y está mi hermana con sus amigas ¿por qué no te llevas también su ropa?
- Tu hermana tiene más cuidado y no se ensucia tanto. Además, ella es una chica, sería inapropiado. Desde luego, qué cosas se te ocurren. Ay, estos chicos...