sábado, 12 de septiembre de 2015

Relato - Situación surrealista en el parque


* Este relato lo escribió mi amigo David, yo he hecho pequeños cambios.

Era un día caluroso y estaba paseando por el parque. De pronto, una chica llegó corriendo, parecía neviosa y agitada.

- ¡Rapido, dame tu camiseta! - me dijo.
- ¡¿Qué?! ¿Para qué?
- ¡Es importante! Dámela por favor, rápido!!!

Agarró mi camiseta para quitármela, sin darme tiempo a pensar. Como parecía una emergencia no puse resistencia y le dejé sacármela. Ella salió corriendo y se la llevó.

Me quedé paralizado, no entendía lo que acababa de pasar. Miré alrededor, quería preguntar a alguien si sabía lo que ocurría. Pero había poca gente, estaban lejos y no me prestaban atención.

De pronto me sentí desnudo. Yo nunca me quito la camiseta en público. Me senté en un banco, intentando cubrirme y pasar desapercibido.

Me preguntaba si la chica volvería y me devolvería la camiseta. No sabía qué tipo de emergencia tenía, ¿para qué necesitaba mi camiseta?

Comencé a preocuparme. ¿Tendría que volver así a casa? Una cosa es estar sin camiseta en el parque, y otra cruzar la ciudad así. Seguro que todos se me quedarían mirando.

Decidí ir hacia donde fue la chica. Si iba a quedarse mi camiseta, al menos quería una explicación. La encontré sentada con un chico, ¡y él llevaba mi camiseta puesta!

- Ehh... Hola... ¿has terminado ya con mi camiseta? - pregunté.
- ¿Quién eres tú? - preguntó ella.
- ¿Que quién soy? Hace un rato me pediste mi camiseta y te la llevaste...
- Qué absurdo, ¿por qué iba a hacer eso?
- ¡¿Cómo?! - no me podía creer que lo negara - Eso quería preguntarte yo. En fin, ¿me la puedes devolver?
- No tengo tu camiseta, ¿es una especie de broma?
- ¿Cómo que no? ¡Si la lleva puesta él!
- ¿Qué dices, chaval? - dijo el chico - ¿Que esta camiseta es tuya?
- ¡Si! Dámela, por favor...
- Qué fuerte, este tío me quiere robar la camiseta.
- ¿Robar? Pero si...
- Oye, ¿de qué vas? Vete y déjanos en paz.
- ¡Es mi camiseta!
- ¿Pero tú estás bien de la cabeza? ¿Qué te parecería si yo ahora empezase a decir que los pantalones que llevas son míos y que me los des?
- ¡Si, eso! - dijo la chica - ¡Que te dé los pantalones!

Dicho y hecho. Se levantaron rápidamente y se lanzaron sobre mí. El chico me agarró por detrás, rodeando mi cuello con su brazo e inmovilizándome.

Entonces, la chica me bajó los pantalones y me los quitó, sin que yo pudiera hacer nada para impedirlo.

- Quítale también los gayumbos, así aprenderá - dijo el chico.

La chica no lo dudó, agarró mis calzoncillos y los bajó, dejando libres mi pene y testículos justo delante de su cara. Los miró fijamente, sonriendo, durante unos segundos.
Y finalmente terminó de quitármelo. Así quedé completamente desnudo.

Se empezaron a reir a carcajadas. El chico me soltó, cogió la ropa que me habían robado y la guardó en su mochila.

- Tio, no sé por qué llevabas puestos mis gayumbos, es de mala educación ponerse la ropa de otro sin permiso.
- ¡Jejeje! Qué culito más blanco, te va a venir bien un poco de sol en esa zona - dijo ella.
- ¿No dices nada, pringao? Vámonos nena, creo que ya ha aprendido la lección.

Se alejaron. Yo estaba a punto de llorar, menos mal que no lo hice, es lo único que podría haber aumentado mi humillación.

¿Qué iba a hacer ahora? Me habían dejado sin ropa en público. Hace unos minutos me preocupaba tener que cruzar la ciudad sin camiseta, y ahora iba a tener que hacerlo completamente desnudo...


4 comentarios:

  1. Ufffff me acabo de meter en la situacion.....me encanta!! que horror, que mal se pasa no??

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    1. No se, yo lo paso bien cuando os pasan estas cosas xDDD

      Bueno, no le pasó de verdad, es un relato inventado :)

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    2. Por eso lo hacemos...para que lo pases bien!!! ahora mismo tiro mi ropa por la ventana!! que no se diga!! jajajaja

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  2. slo he pasado mortal en situaciones asi, y lo peor cuando te pones a pensar como llegar a casa

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